“Del Centro Educativo a la Organización que Aprende”

12.06.2014 12:33

1.       “Del Centro Educativo a la Organización que Aprende”, incluyendo el análisis breve de diez factores que favorecen (o que dificultan) el cambio de modelos organizacionales y curriculares en nuestro país.

 

En la actualidad Chilena, se nos ha enfocado la enseñanza desde una mirada de la utilización de estrategias y/o metodologías, basada simplemente en la aplicación arraigada al curriculum nacional, y si éste es o no coherente con su práctica educativa; muchas veces dejando en desmedro los procesos propios de cada estudiante, principalmente por la escasez de vinculación entre todos los agentes responsables de la educación de ese niño/a.

Las organizaciones educativas tienen planteamientos institucionales inspirados en un marco tecnológico, que da mayor importancia a los productos (resultados académicos) más que a los procesos (contexto educativo), caracterizada por una cultura profesional individualista, fragmentada o balcanizada; no es el caso de las instituciones con mayor dinamismo (consideran su contexto), ya que éstas han logrado  aspectos de coordinación y colaboración entre los participantes del proceso educativo, permitiendo de esta forma ordenarse a partir de una idea colectiva o proyecto en común.

Si hablamos de aspectos favorables se podría mencionar, que algunas organizaciones educativas tienen finalidades que promueven de cierta forma su quehacer, teniendo funciones organizativas normadas, con autoridades que gestionan una dirección pertinente con lo planteado en sus proyectos educativos. Éstos, en el mejor de los casos, logran un pensamiento sistémico, donde se integran las disciplinas adecuadamente para la realización de los procesos.

Otro factor concomitante en las organizaciones actuales, han sido la emergente  necesidad de muchos docentes de instrucción, basada en la inquietud que ha forjado su práctica ante las nuevas exigencias y eventualidades sociales, sean éstas inherentes a los estudiantes, la familia y/o la comunidad. 

Es complejo definir las ventajas de nuestras organizaciones educacionales, si pensamos en que las falencias son mayores. Aún nos preocupamos por aspectos mecánicos; como conservar un esquema de trabajo, donde el sujeto es pasivo y no participante colectivo; la existencia de los planteamientos impuestos por los agentes directivos, en donde no se estimula un contexto de reflexión y de aprendizaje permanente entre todos los docentes que forman parte de ese proyecto educativo.

El contexto sociocultural de nuestro país es diverso con una amplia gama de particularidades y/o singularidades propias de un pueblo emergente. Por otro lado el currículum ha sido utilizado como una entrega lineamientos  y sugerencias, sin considerarlo como una fuente rica en recursos culturales, humanos y naturales. Cada institución está configurada en base a diferencias del medio, no sólo del contexto sociocultural, sino también físico, climático, geográfico; lo que le da una personalidad única y particular.

Si hablamos de la búsqueda de mejoramientos en cuanto a la calidad de la enseñanza, es necesario gestionar instancias de ordenamiento sistémico-organizacional, donde el trabajo administrativo sea menos demandante al tiempo del profesor, para que éste pueda enfocarse en su praxis y tenga la posibilidad de innovar en su quehacer diario.

Junto a ello se debe reconocer la necesidad de aunar esfuerzos y direccionarlos hacia la implantación de estructuras de apoyo a lo pedagógico, el establecimiento de procesos colaborativos y la utilización de estrategias de acción distintas de a las habituales. Esto es generar, a través del liderazgo y la gestión,  la convicción de que es posible crear, conservar y transformar la cultura organizacional, donde la balcanización y las subdivisiones operativas dejen de existir tal cual las vemos; y se permita la profesionalización y la entrega de tareas motivantes, desafiantes y comprometedoras, bajo un contexto de reflexión y de aprendizaje permanente, que posibilite el desarrollo de las personas y que garantice también la institucionalización de los esfuerzos para mejorar su funcionamiento.

Debemos asimismo avanzar hacia una educación integral e innovadora que deje atrás prácticas pedagógicas obsoletas. La reiteración de métodos paralizados de enseñanza, la carencia de orientación a la resolución autónoma de problemas, el énfasis desmedido en las pruebas estandarizadas, el descuido de la creatividad y autonomía del estudiante, la orientación a “aprender para resolver la prueba y olvidar al año siguiente”, no contribuyen a la formación de una ciudadanía con la habilidades, capacidad cognitiva para reinventarse laboralmente y continuar aprendiendo a lo largo de la vida.

 

¿Pueden aprender las organizaciones?

La posibilidad de que las organizaciones aprendan está fuera de toda duda, ya que son éstas las encargadas de renovarse constantemente, teniendo una cultura participativa y de sociabilización.