Taxonomía de Bloom

15.05.2014 00:14

La clasificación de Bloom tiene como objetivo facilitar la labor docente principalmente en su quehacer educativo diario; permitiendo establecer una estructura coherente  y metódica de planificación, basándose principalmente en el dominio de destrezas que poseen y/o deben adquirir los educandos.

En tanto, esta teoría es aplicable a la realidad educativa, siempre y cuando se pueda establecer una cohesión entre todas las áreas de conocimiento que nos propone Bloom; ya que no son concepciones aisladas de un proceso, si no bien, se intenta implantar una estructura cognoscitiva coherente para el educando en su proceso de aprendizaje, y para el educador, al momento de visualizar los contenidos que se desean enseñar.

                Para poder tener una mirada unificada de los conceptos propuestos, en necesario interiorizar los factores que sean intervinientes del proceso, ya que no se consiguen aprendizajes duraderos en el tiempo, si no existe una transversalidad de todos aquellos factores. Es por esto que Bloom nos propone una concepción ascendentes de las habilidades y competencias que se deben ir adquiriendo paulatinamente, estando en la constante búsqueda del “saber”.  Edgar Morín, nos señala  que cualquier instancia  de aprendizaje está estrechamente vinculado a “saber”, desde una mirada identificadora de nuestras posibilidades y nuestros desafíos, reconociéndose y aceptándose como individuos propios.  El saber es parte de todo proceso del “ser”, “estar” y “convivir”. En primer lugar es necesario saber ser, con la finalidad de poder establecerme en un lugar  y poder estar en armonía, ambas concepciones nos llevan al convivir en comunidad; una comunidad de constante cambio, llena de oportunidades y generadora de desafíos.

                Actualmente los docentes son un agente fundamental dentro de los aprendizajes, que adquirirán los educandos durante de su vida; es por esto que tienen que impregnarse con su labor potenciando una actitud acorde con las exigencias de la sociedad actual, viendo  cada “obstáculo”  como una posibilidad para enriquecer las fuentes de enseñanza. Hay que considerar que hoy en día existen una serie de recursos informáticos y tecnológicos, los cuales brindan una serie de información indiscriminada sobre diversas temáticas. Para ello, los docentes tendrán que aprovechar estas instancias para potenciar sus temáticas y recursos utilizados, tal como nos señala Morín “El conocimiento de las informaciones o elementos aislados es insuficiente. Hay que ubicar las informaciones y los elementos en su contexto para que adquieran sentido” (1) .

Hay que ser visionarios y reconocer la multidimensionalidad de factores que nos rodean diariamente. Más allá de implementar un modelo teórico creado muchas veces en realidades ajenas  la muestra. Debemos ser Docentes del siglo XXI, los cuales estén inmersos en el mundo de información, con la finalidad de aprovechar al máximo nuestros contextos, nuestros recursos y nuestros niños, generando verdaderos aprendizajes. No seamos profesores sacados de un molde, el cual simplemente replique lo que otros han realizado ya; tengamos un tinte propio, el cual nos conducirá al mundo global. No olvidemos el todo que conformaron las partes y viceversa.

 

 

(1)                Morín, Edgar. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Unesco 1999, p. 15.